Noticias de la Hª: Evolución/Momias

LA EVOLUCIÓN HUMANA


Sólo hace 30.000 años que se sabe de la existencia de una especie, el homo sapiens, pero si no hubiera perdurado esta especie hubiera sido otra, como por ejemplo los neanderthales o los homo erectus.
A lo largo de la Historia han vivido más de 6.000 especies de monos, de los cuales, la gran mayoría se ha extinguido y en nuestros días existen alrededor de 120 especies. Los seres humanos y los monos modernos tienen antepasados comunes.
Algunas de esas especies ancestrales se desarrollaron y evolucionaron convirtiéndose en los monos de hoy en día, mientras que otro grupo siguió otra vía evolutiva diferente y se convirtieron en los seres humanos actuales. Saber qué sucedió y cómo es una tarea ardua y complicada. Sobre todo porque todo lo que se conoce es a través de los restos fósiles que se encuentran en los yacimientos.


Si tuviéramos que hacer un gráfico del proceso evolutivo del hombre no recurriríamos a una escalera, sino a una especie de árbol con ramificaciones. Serían distintos los senderos por los que habían ido las diversas especies de homínidos, pero si quisiéramos reconocer al primero que se podría llamar homínido, lo identificaríamos con la aparición del homínido bípedo (que anda sobre dos patas). Ésta es la característica que se asocia a la familia de los homínidos.
El primero existió en África del Este hace seis o siete millones de años. Sería un ser parecido a los simios de entonces y, en cierto modo, sería bípedo aunque no completamente, ya que la bipedación se desarrollaría de manera gradual.
Luego este homínido hizo dos salidas desde África. Una primera por el Oriente Próximo y Medio hacia Europa protagonizada por el homo erectus hace 1.800.000 años, y así se pobló con homínidos todo el Viejo Continente. Homo Erectus en Asia, homo Erectus que evolucionarían a hacía neanderthales en Europa y homos erectus en África que evolucionarían hacia homo sapiens.
Posteriormente, unos 200.000 años atrás, vuelven a salir de Africa los homo sapiens y desplazan de Asia y Europa a los erectus y neanderthales. Nosotros somos la consecuencia de esta última salida pero aún no se sabe cómo los homo sapiens anularon al resto de especies.
Si observamos entre la bibliografía los libros publicados hace unos 20 años, con las últimas variaciones en la Paleoantropología, nos damos cuenta que aquel sencillo gráfico que reflejaba la Evolución del Hombre, desde el Australopithecus hasta el Homo Sapiens Sapiens, pasando por Homo Habilis, Homo Erectus y Neandertal, ya no tiene nada que ver con la complejidad de nuestro árbol genealógico actual.

www.portalciencia.net/antroevo.html
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MOMIA:
Se denomina momia a los cadáveres de seres humanos o animales que, mediante el embalsamamiento o por circunstancias naturales, se han mantenido en aceptable estado de conservación mucho tiempo después de la muerte.
Los egipcios creían en la vida después de la muerte y que el espíritu del difunto viajaba al más allá. Por esta razón  realizaban este proceso. Solo las personas más ricas y poderosas, además del faraón y su familia, podían gozar de la momificación, ya que era un proceso muy largo (duraba 70 días) y costoso.

Apertura del sarcófago con la momia de Tutankamon,
por las autoridades del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto.
Gatos momificados. British Museum, Londres.

EL PROCESO DE MOMIFICACIÓN EN EL ANTIGUO EGIPTO:
En el Antiguo Egipto, la práctica de la momificación se llevaba a cabo en la llamada "Casa de la Purificación", una institución dependiente de los templos. Existían diversas clases de embalsamamiento, en función de la riqueza del difunto.
La momificiación es el resultado del proceso de embalsamamiento. En primer lugar, se lavaba el cuerpo y se procedía a la extracción del cerebro, proceso que se realizaba a través de las fosas nasales. Posteriormente, el resto de las vísceras eran retiradas, excepto los riñones y el corazón, a través de una incisión en el lateral del abdomen. La cavidad corporal se trataba con sal de natrón. Después, el cuerpo se recubría totalmente con sal de natrón pulverizada. A continuación y para preservarlo, el cuerpo era recubierto con resina, tanto por dentro como por fuera, y se envolvía con vendajes de lino. Los intestinos, pulmones, hígado y estómago eran preservados por separado y almacenados en unas vasijas, llamadas vasos canopos, protegidas por los cuatro hijos del dios Horus.
Finalmente se le cubría el rostro con una máscara, (con la que se intentaba representar con la máxima fidelidad posible los rasgos en vida de la persona objeto del tratamiento), y se le introducía en un ataúd o sarcófago de madera, que resultaba carísimo debido al alto precio de este material así como a la riquísima decoración con que se engalanaba.
Durante el ritual, un sacerdote con la mascara de Anubis (Dios de los muertos y el embalsamamiento) recitaba lo siguiente:
Te ponemos el perfume del este, para hacer perfecto tu olor y poder seguir el olfato de dios.
Te traemos los líquidos que vienen de Ra, para hacer perfecto tu olor en la Sala del Juicio Final.

Entre el variado personal encargado del embalsamamiento, estaban el embalsamador, un cortador, un escriba, varios sacerdotes y personal de apoyo.
Entre el material utilizado, el más famoso era el natrón (la sal divina), además se usaba incienso, mirra, resinas, aceites, vino de palma, serrín, paja y lino.

Ilustración del proceso de momificación en el Antiguo Egipto.

VASO CANOPO:
Es el recipiente donde se depositaban las vísceras de los difuntos, lavadas y embalsamadas, para mantener a salvo la imagen unitaria del cuerpo. Estos vasos se introducían en una caja de madera que, durante el cortejo fúnebre, era transportada en un trineo.
Los vasos canopos eran cuatro:
Amset: vasija con tapa en forma de cabeza humana, donde se guardaba el hígado.
Hapy: vasija con tapa en forma de papión (babuino), donde se depositaban los pulmones .
Kebehsenuf: vasija con tapa en forma de cabeza de halcón, donde se guardaban los intestinos.
Duamutef: vasija con tapa en forma de chacal, donde se guardaban los intestinos.

Los cuatro vasos canopos, Dinastía XIX. Museo de Berlín.

Alumnos: Omar Cabezas y Ángel Milla (1º E ESO)
Materia: Ciencias Sociales

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