domingo, 17 de noviembre de 2013

La superficie forestal del planeta

Las áreas verdes son zonas con superficie forestal. Las rojas han sufrido pérdidas, las azules han ganado y las rosas han experimentado ambas cosas, pérdida y posteriormente ganancia. | 
La revista 'Science' ha publicado un estudio de la Universidad de Maryland (UMD) que ha sido capaz de desarrollar un mapa interactivo en alta resolución. La herramienta proporciona por primera vez información espacial y temporalmente detallada sobre la superficie forestal perdida y ganada durante los últimos 12 años a través de las observaciones del satélite Landsat 7.

El estudio confirma que un total de 2,3 millones de kilómetros cuadrados de bosque se han perdido, frente a los 800.000 kilómetros cuadrados que se han ganado. Si se hacen cuentas, ello supone que hay 1,5 millones de kilómetros cuadrados menos de superficie forestal que hace una década aproximadamente. Estas áreas, advierten los conservacionistas, son particularmente importantes para salvaguardar la biodiversidad, pues albergan buena parte de las aves, anfibios y mamíferos amenazadas en el planeta.

Identificar las causas de las perturbaciones en las superficies boscosas, las relaciones entre las dinámicas forestales y el bienestar social, o el alcance de las políticas medioambientales son algunos de los temas que a partir de ahora se valorarán con mayor precisión.

Indonesia registra las tasas de pérdida de masa forestal más altas(1021 kilómetros cuadrados por año), motivo por el que ocupa el tercer puesto en países que más emiten más gases de efecto invernadero, detrás de China y Estados Unidos. Aún es pronto para conocer la eficacia de su reciente compromiso, instituido en 2011, para detener la destrucción forestal. 
En el lado opuesto se sitúa Brasil, históricamente el mayor responsable de la deforestación tropical mundial, al convertirse en la región con la mayor disminución en la pérdida anual forestal. Los autores del estudio insisten en el ejemplo brasileño por ser la prueba irrefutable de que con unas políticas verdaderamente interesadas en corregir los comportamientos irrespetuosos con los bosques pueden subsanar las tendencias negativas. 
En este sentido, también se lamentan de que organismos como el Programa para la Reducción de Emisiones por Deforestación de la ONU (REDD, en sus siglas en inglés) carezca de la inversión y capacidad científica necesarias, es decir, que la política esté mucho más adelantada que sus capacidades operativas.
Fuente: www.elmundo.es/ciencia